La caza siempre la entendí como un reto personal
Aprendí a cazar de la mano de mi padre desde muy pequeño. Crecí con las historias de los viajes de caza de mi padre y sus amigos. Me formé como ingeniero de montes para poder ejercer mi profesión como gestor de territorios agroforestales y cinegéticos. Y me fui marcando metas como cazador que poco a poco he ido alcanzando, aunque me quedan todavía muchas. Empecé cazando con escopeta, luego aprendí a usar el rifle y definitivamente me enganché a cazar con arco, modalidad que trato de priorizar.
Me gusta la caza en todas sus modalidades: menor, mayor, montería, rececho, espera, pero el rececho de montaña es mi pasión.
La caza de montaña supone todo lo que puede conllevar un reto: dificultad, esfuerzo y una gran recompensa cuando se consigue el objetivo. Maravillosos trofeos, escenarios increíbles y grandes satisfacciones.
Mi inspiración en la caza de montaña ha sido mi padre y algunos amigos que he ido encontrandome en la vida como Javier López de Ceballos.